Muchos mirlos habían intentado enamorar a Mirlita, pero ella decía que
solamente se enamoraría de un mirlo blanco. Como todo el mundo sabe,
todos los mirlos son negros (yo tenía mis dudas, cosa por la que tuve que buscar por internet, parece ser que algunas mirlas pueden ser
pardas, pero lo que no me consta, después
de la búsqueda, es que alguien haya visto alguna vez a un mirlo blanco,
aunque pienso en la posibilidad de que exista algún mirlo copito de
nieve por el mundo).
Uno de sus pretendientes, muy enamorado de
ella, intentó cambiar el color de su plumaje enganchándose plumas
blancas en el cuerpo, pero Mirlita, al besarlo, hizo que se cayeran. Probó
después a untarse con cera, con lo que parecía realmente blanco, pero
con el calor se derritió y se le vió el plumero negro. Otra vez que nevó
intentó convertirse en un mirlo de nieve sin éxito, otra se roció con
un extintor y casi se ahoga, con espuma de afeitar ... y todo lo que se
os pueda ocurrir ..., todo para ser blanco sin llegar a hacerse un
trasplante de pluma, él siguió probando y probando sin conseguir nada.
Ya
cansado y triste decidió tirar la toalla y renunciar a Mirlita, pero
ésta, conmovida por el ánimo de su pretendiente, corrió tras él y le
ofreció su amor. Después de todo pensó que se lo había merecido.
La constancia es importante ... , pero ... ¿ existirá o no el mirlo blanco ?
Fábula adaptada y coloreada surgida en una conversación con alguien muy especial. Se la dedico a ella. Actualmente, ya encontramos a nuestros mirlos, o ellos nos encontraron a nosotras.