20 ago 2013

Días de esos, de los otros y de todos los colores


-¿Conoce usted esos días en los que se ve todo de color rojo?
-¿Color rojo? Querrá decir negro. 
- No, se puede tener un día negro porque una se engorda o porque ha llovido demasiado, estás triste y nada más. Los días rojos son terribles, de repente se tiene miedo y no se sabe porqué, y en esos momentos lo único que me viene bien es ir a Tiffany's, porque nada malo me puede ocurrir allí.

Holly Golightly y Paul Varjack en Desayuno con Diamantes. 

Pues sí, a mí a veces se me presentan días de esos y de otros. Otros días en los que no sabes que te pasa y estás triste sin más, normalmente son días con variedad de colores y/o en multicolor, los días rojos no están incluídos porque en ellos sé lo que pasa, por eso son rojos, tampoco quiero hablar de esos que amanecen de un color y durante el día van cambiando, ya que más o menos de esos se suelen conocer las razones del cambio de colorido, además de que puedes preveer que color irán cogiendo a lo largo del día. A los días que me refiero como los otros, son aquellos de colores impredecibles e indeterminados, que no los ves con claridad porque tus ojos están como empañados y sin razón alguna van disparando colores a tutifruti saliendo de la nada, sin previo aviso, con cambios tajantes de un color a otro, sin ton ni son, ni tan siquiera emulando un degradado o intento de seguir su escala correspondiente de color, así sin más, pim pam. Y en esos momentos, de esos días, es cuando lo único que me viene bien es un tierno abrazo que me haga ver de nuevo el cambio a un color uniforme.

Pero ya se sabe, hay días de todos los colores y también días sin abrazos. Mañana el dia será de otro color.